El pastor alemán y el pastor blanco
Entre finales del siglo XIX y las primeras décadas del XX, la historia de estos pastores blancos discurre paralela a la creación del pastor alemán. Oficialmente, sin embargo, nunca fueron valorados ya que se creía que eran albinos y no contribuirían a fortalecer la raza que creara el famoso capitán de caballería Max von Stephanitz. Por este motivo, en 1933, el S.V. alemán rechazó el color blanco dentro del estándar de la raza, marcándolo como una falta por la que no se permitiría su registro. El S.V. (Verein fur Deutsche Schaferhunden-VS) es el Club del Pastor Alemán en Alemania).
Su renacer en América del Norte
Aficionados y entusiastas de este perro pastor alemán blanco, que valoraban sus cualidades físicas y su excelente temperamento, lo criaron con dedicación en Estados Unidos y Canadá. A lo largo de los años fijaron características propias que dotarían a la raza de una identidad propia, desligada de su pariente alemán.
A finales de los años sesenta, la criadora norteamericana Ágata Burch se instaló en Suiza y registró oficialmente en el Libro de Orígenes Suizo (L.O.S.) a su perro «Lobo White Burch», al que se considera el «padre» de la raza en el país alpino.
Finalmente, en 2003 la FCI aceptó la raza oficialmente, que pasó a llamarse berger blanc suisse (pastor blanco suizo), acabando así con la confusión de nombres que recibía hasta entonces: pastor alemán blanco, pastor blanco, pastor blanco americano o pastor canadiense, entre otros. Por lo que la raza, a pesar de tener unos orígenes antiguos, es relativamente joven, cinófilamente hablando.