En esta etapa crucial en la futura vida del perro, hay ciertos nutrientes cuyo aporte es esencial, ya que de su disponibilidad dependen factores críticos en su conformación física y psicológica. Los ácidos grasos omega3 son muy importantes en multitud de funciones orgánicas del cachorro, pero lo que quizá es menos conocido es que también influyen decisivamente en su desarrollo cerebral y, por tanto, en los avances de su función cognitiva.
Omega3 para perros: ¿qué son?
Los ácidos grasos omega3 son lo que se denomina «ácidos grasos esenciales», ya que son ácidos grasos necesarios para los perros, y, sin embargo, su organismo no puede producir por sí mismo; por eso deben ser aportados mediante la alimentación, con un pienso de calidad, que los incorpore en calidad y cantidad suficiente en su fórmula.
¿Los pueden tomar toda la vida?
Al carecer de efectos secundarios, el aporte de ácidos grasos omega3 contenidos en su pienso, el perro puede tomarlos durante toda su vida.
El uso continuo y cotidiano tanto de los ácidos grasos omega3 como de los omega6 se traduce a la larga en un beneficio para su salud. Sus efectos saludables pueden observarse a partir de las tres o cuatro semanas aproximadamente de comenzar su ingesta.
Es importante saber que si el cachorro está nutrido con un pienso de excelente calidad, en el que el aporte de omega3 esté garantizado mediante la inclusión de aceites de pescado o de krill en su formulación, no sería necesaria la suplementación externa adicional de estos ácidos grasos, que incluso podría resultar perjudicial.