La palatabilidad es la cualidad de ser grato al paladar un alimento, por tanto determina la aceptación de un pienso. Es muy importante que sea óptima para que este no sea rechazado por nuestro perro o gato.
El pienso debe ser apetecible para que el perro lo coma
Nuestro perro rechazará un alimento poco palatable o apetecible y, como consecuencia, no ingerirá la cantidad suficiente, con lo cual tendrá un déficit diario de nutrientes necesarios para la actividad diaria.
Pero, ¡cuidado! Una dieta puede ser muy sabrosa, pero no contener los niveles adecuados en algunos nutrientes, por lo tanto, debemos tener en cuenta que debe cumplir dos requisitos: calidad y palatabilidad.
El olor es importante
Mediante el olor, el perro selecciona el alimento que más le gusta y rechaza aquellos menos atractivos para él. Su olfato está muy desarrollado y unido al sentido del gusto, es el segundo sentido más importante en el proceso de selección de comida.
En la elección del pienso por parte de nuestros perros influyen, además de factores individuales –experiencias previas o la especie, pues los gatos son sensibles a ciertos hidratos de carbono mientras que los perros no– las propiedades del mismo. Su calidad, ingredientes y proceso de extrusión (la formación de la croqueta), así como un correcto almacenamiento, son decisivos.
Almidones muy digestibles
Los almidones que contiene el pienso han de ser de fácil digestión y dar una textura deseable tras el proceso de extrusión, favoreciendo la masticación y la palatabilidad. Un mal procesamiento, almacenamiento o mala calidad de las grasas pueden traducirse en su oxidación y enranciamiento, con lo cual serán poco palatables provocando un rechazo a la hora de comer. Por último, la utilización de una fuente proteica de baja calidad es otro motivo de una baja apetencia por el alimento.
Sabroso pero saludable
Al igual que ocurre en los humanos, lo más rico y sabroso no siempre es lo mejor para una vida saludable. La mayoría de las enfermedades metabólicas de la sociedad moderna se deben a una dieta desequilibrada. Por ejemplo; problemas cardiovasculares por hipercolesterolemia e hipertensión arterial, la diabetes tipo II, los problemas originados por el exceso de ácido úrico en sangre –uratos en riñón o la gota– el hígado graso y muchas más que figuran entre las primeras causas de mortalidad en los países desarrollados. Los perros tampoco tienen conocimientos innatos de nutrición ni de cómo equilibrar su dieta, existe la creencia que un pienso es mejor si su perro se lo come con más ansia y eso no es en absoluto cierto.
Buenos hábitos alimentarios de tu perro
Lo que es verdad es que tiene que ser apetecible para que se lo coma, pero la educación en los hábitos alimentarios es fundamental en la fase de aprendizaje, para evitar tener perros adultos con un apetito caprichoso, que al final suele ser causa de una nutrición deficiente y de problemas metabólicos.