Inseguridad, estrés, relajación, irritabilidad, confianza o tensión: todo esto podemos transmitirle a nuestro perro, inconscientemente, a través de la correa cuando salimos a pasear. Por eso es tan importante manejar bien este «cordón umbilical» que nos une a nuestro compañero. Un buen manejo de correa requiere tiempo y práctica para evitar tensiones durante el paseo.
Algunos expertos recomiendan comenzar con correar largas (de al menos tres metros) no extensibles, siempre que la zona de paseo no esté transitada, para que el perro se acostumbre a ella, e ir reduciendo la longitud a medida que el perro crece, o en entornos urbanos. Nuestra posición ideal es caminar nosotros o ligeramente detrás o en paralelo al perro, y no permitir que «el perro nos pasee a nosotros».
Los errores más frecuentes al pasear al cachorro
Los primeros paseos del cachorro son todo un impacto para él ya que hasta ese momento su mundo entero era solo su casa, puesto que hasta que no se completa el ciclo de vacunación no debe salir a la calle.
Dada la cantidad de estímulos nuevos que va a recibir de golpe, se aconseja aprovechar ese tiempo previo en casa para practicar la asociación positiva del collar y la correa, esto le acostumbrará a estos elementos antes de comenzar a explorar fuera.
Es esencial enseñarle:
– A no mordisquear la correa
- Detenernos cuando tense la correa, sin permitirle avanzar para que comprenda que solo seguirá adelante con la correa floja
- Enseñarle a caminar a nuestro lado, practicando en casa, en sesiones cortas, pero todos los días: le vamos dando un premio y elogios mientras va caminando a nuestro lado, el pequeño estará pendiente de nuestra mano con el premio, y sin darse cuenta ¡también estará caminando a nuestro lado!
Ves espaciando el momento del premio gradualmente y solo le premias cuando va a tu lado (no si salta o quiere morder la correa, para no fijar esa conducta).
¿En qué mano es mejor llevar la correa?
El consejo general es que si eres diestro, la correa, y por tanto el perro, van a tu izquierda, dejando la mano derecha libre para cuando la necesites: abrir puertas, corregir al perro, coger el teléfono, o cualquier otro gesto. Los perros adiestrados, los que compiten en exposiciones, los perros de asistencia, los perros de los cuerpos y fuerzas de seguridad, entre otras comunidades caninas, siempre van a la izquierda de la persona. En el caso de que el guía sea zurdo, se invierte esta posición.